Cada vez que cerraba los ojos, veía una ola –que era siempre distinta– formándose en un horizonte de mar calmo. La sensación era tan vívida y tan cercana, que en un primer momento me asustó.
–¿Estaré loco? –me preguntaba.
Pese a la sorpresa que me causaba la aparición de esta imagen, tengo que reconocer que me producía una sensación bastante agradable contemplarla.
–Quedate tranquilo, no estás loco por eso. A mí a veces me pasa lo mismo. Ojo, no te hagás el vivo: dije que no estabas loco por eso, pero hay otras cosas tuyas que…
No hay comentarios:
Publicar un comentario